"... A todos los hombres nos falta, a la vez, confianza y delicadeza. No estamos nunca bastante seguros de Dios, ni bastante preocupados por ser fieles a su amor hasta en los últimos detalles. Sin embargo, es cierto que hay almas a las que les falta, sobre todo, confianza y a otras a las que les falta, sobre todo, delicadeza y generosidad. Pues bien, también por estas últimas Dios se ha encarnado bajo la forma de un niño."
Un Cartujo "Felices los que creen" Monte Carmelo 2009. P 60