Oriente espiritual... La Aurora. Alumbramiento de los caminos en los pasos de una peregrinación que siempre llega a destino, porque este mismo está dado en el corazón.
Reclamos y expectativas. Pero la clave es atravesar, con la mirada profunda, los rumbos del horizonte y descubrir los parajes y las aperturas al Cielo.
¡La Belleza! ¡Cuánto esplendor, cuánta luz!
Es el premio de continuar el camino sin desánimos ni descorazonamientos. El "arte de caminar" nos regala lugares insospechados que no caben en ninguna descripción. ¿Puedo diseñar en dos palabras la anchura y hondura del mar? ¿Puedo circunscribir el canto, la música permanente de las flores, que se abren a la lumbre del amanecer? ¡La música de las flores! Los perfiles y los colores cantan. Evocan las auroras.
Porque evocan una sola Presencia. De Ella hablan, por Ella se manifiestan y viven.
Refulgen con la Pureza y la Humildad de los pequeños...
"¡Bienaventurados los de corazón puro porque verán a Dios!"
Alberto E. Justo