En efecto, nada es imposible para Dios. ¿Podemos acaso imaginar límites a su Bondad? Entonces nunca dudemos que cuando queremos oramos en verdad. Es el Espíritu Quien ora en nosotros. No necesitamos palabras ni actitudes superfluas... Todo es posible y "todo lo puedo en Aquél que me conforta." Esto debemos repetirlo y debe ser así nuestra conciencia, seguros del Don divino. Insistir en esta verdad es fundamento de alegría y de paz...
Alberto E. Justo