No son las palabras solamente, ni el lenguaje, lo que podemos emplear como "carta de presentación" en cualquier encuentro... Hay mucho más. Para el bien de la paz es imprescindible el respeto que es otro nombre de la Caridad.
Y esto se expresa en un "gesto", que se hace hábito y nace de lo profundo, y que yo llamaría "señorío" o "caballerosidad". Se trata de una delicadeza, propia de los espíritus superiores, que imita -con coraje y valentía- la ternura del Amor de Dios; y que, desde luego, de Él procede.
Jamás un alma pura, despojada de soberbia y necedad, puede agredir a otra...
Téngase en cuenta... El bien se alcanza con perseverancia y, sobre todo, con magnanimidad...
Alberto E. Justo