¿Para qué apegarnos porfiadamente a recursos infinitos y medios interminables? Nuestra fuerza consiste en la virtud que opera desde lo alto y llega, en un instante, al corazón.
No son necesarios, ni mucho menos, los "tratados" que nos dicen tantas cosas. Tal vez en su propio nivel convenga aprender más de esto o de aquello, porque el estudio es ascesis y virtud... Pero en lo esencial propiciamos la vía directa, elevando nuestro espíritu en el Señor que nos invita y nos recibe a cada instante...
Pronuncia en tu silencio, en lo más profundo, el Nombre. Y déjate elevar donde no sabes...
Alberto E. Justo