Suenan en la lejanía no sé qué clamores que se levantan de la fatiga y de la lucha cotidiana que no acaba. El peregrino busca y busca, pero la verdad es que no encuentra... Salvo tropiezos y desilusiones. Es increíble con cuanta soltura el hombre miente hoy y deja que lo vean distinto de cómo es en realidad. Porque la "realidad" no importa.
Por eso no hay estima alguna por el secreto o por el silencio...
Es urgente salir, como don Quijote, y no dejarse engañar ni sujetar por la necedad imperante...
Solos, pues, sí en soledad inédita, insospechada.
Pero se levanta la plegaria que supera y trasciende cualquier mentira. Profecías vanas y falsas y estúpida marcha hacia "nada". ¿Es posible vencer todo ello? Creemos que sí, en la medida en que no nos detengamos en los acechos de un camino ya superado.
Lo que murió ayer :Ya está muerto. Es inútil insistir.
Alberto E. Justo