Y si descubres lo inesperado... Si, por fin, llegas a dar (en el Fuego, en el Viento, en el Mar, en todos los Cielos) con la respuesta que sueñas... Si intuyes HOY más allá... Entonces ¡CALLA! Quédate morando en el secreto, que no te da Dios las maravillas de su gracia para que publiques nada, sino para que guardes en Su Corazón, que es tuyo, el Misterio de la intimidad. No pretendas explicar, ni siquiera te expliques, no hagas comentarios; simplemente deja que la música suene, que la melodía ascienda según su siempre nueva armonía...
Nada es tan grande y tan expansivo en esferas sublimes como el Secreto... Lo mayor sólo luce así escondido. Tendrás mil tentaciones y otras tantas sugerencias para decir, hablar de cosas, comunicar esto o aquello. Y es cierto que creemos estar llamados a ello... Pero esta vez, cuando las fronteras quedaron lejos, más allá del mar, vuélvete silencioso y aprende a llorar.
¿Qué más decir? Simplemente, simplemente: deja. Deja ser el Ser. Sé...
Alberto E. Justo