No aguardes tanto lo que
aguardas... ¿Ilusiones? Tal vez; pero es hora de pasar más allá y subir más arriba. Cuando
todo “eso” no llega, seguramente ha de llegar otra cosa.
¡Cuánto tardamos en hallar nuestro bien! Nos preguntamos: “¿está
por allí, está por aquí, en este o en aquel paraje?” Y, claro, en este sentido:
no está en ninguna parte, porque buscamos, a veces con pasión, lo que no es
real o lo que no es nuestra “armonía”.
No hemos de apretujar “objetos” y aferrarlos para que no
escapen, porque esos supuestos objetos ni están, ni son.
Cada vez que cerramos una puerta juzgando que todo acaba allí
y que “eso” es lo que cuenta: aprisionamos menudencias y antiguos o nuevos
errores nuestros, ahogando la libertad de otros y mayores horizontes.
Suelta la presa que no es lo que supones. Deja volando ese pájaro
que se va lejos. No acapares. Descubre el silencio más allá de cualquier “objeto”.
Alberto E. Justo