El “monaquismo interiorizado”...
¡Tantas son las imágenes que la mejor tradición de vida nos entrega y señalan
los caminos mayores y más fecundos!
El monacato del “desierto interior”, una vocación
propiamente eremítica, que consiste inicialmente en el descubrimiento de la “soledad”
real de la persona. Es la conciencia de un estado profundo del alma, del corazón,
del espíritu, que aparece “manifestado” en la vida monástica, sobre todo
solitaria, a través de la historia.
Pero no solamente... Es verdaderamente cierto que el “desasimiento”
abre un horizonte inmenso... No cierra, no, de ninguna manera, al contrario:
abre y eleva.
¿Es posible continuar el camino, ese mismo que trazaron los
sueños y oculto sigue donde no lo vemos?
-Continúas el camino en la misma medida en que lo creas, en
la misma medida en que lo trazas aún cuando no lo veas...
¿Para qué quedar encerrados en esto o en aquello, si ya,
aunque no lo veamos, vamos presto de vuelo?
Alberto E. Justo