En efecto, por virtud siempre nueva ya tienes un horizonte despejado. Que no te detengan sombras inesperadas... Hay, permanentemente, un respiro que te sustenta. Suave soplo en la noche serena, aguárdalo, no te ha de defraudar.
Es necesario acoger con alegría lo que ayer nos parecía oscuro... En realidad parece oscuro aquello que empuja y no da paz. Parece oscuro (y es oscuro) lo que brota de ambiciones y pensamientos, lo que ilusiona con poder y con ecos resonantes... Esto último en realidad no existe... No fabriques ni apresures, la ansiedad engaña, sosiégate y nada más.
Alberto E. Justo