La búsqueda de instancias o de intermediarios diversos puede sepultarnos en ilusiones que no son otra cosa que el resultado de
ambiciones... harto disfrazadas. Es habitual decir: -vamos a rezar para "obtener" tal o cual cosa... Pero la oración no consiste en "lograr" nada y, mucho menos en trazar "planes" para lo que sea.
La fuerza del peregrino está en la "resistencia" en la Fe y en la fidelidad a la vocación que ha recibido de Dios, como un Don inapreciable e "irrepetible".
Lo hemos dicho ya: nada tan funesto como nuestros antojos que brotan detrás de infinitas máscaras y aparecen para justificar dolencias o sutiles egoísmos.
El "activismo", al uso de tantos desvíos hoy, acaba por enfermar nuestra voluntad y dejarnos prisioneros del error y de la ilusión. ¡Coraje, pues, y adelante!
Alberto E. Justo