¿Tanto tiempo con vosotros y todavía esta pregunta? Déjate alumbrar en los Ojos del Señor. Piérdete en Su Mirada... Pensabas (tal vez demasiado) en imágenes "definitivas", aquéllas que nunca aparecen. Nada hay así, definitivo, seguro y exitoso... Abandónate, en cambio, en el Secreto del Señor. Espera y llega. Si no piensas ni juzgas se abrirán las puertas...
Demasiadas "modas" se agolpan a tu alrededor. Todas pujan por ganar espacio. ¡No te equivoques! deja pasar lo que no es.
¿Te tienes por "poderoso", eficaz o sagaz? Así sólo caerás ahogado en tus propios revoltijos.
Vuelve serenamente a la simplicidad primera. No impongas tu antojo. Recuerda que es muy poco lo que sabes, y -después de todo- eso no interesa. Por ello descansa ahora. Y verás: el silencio te lo dirá todo.
Alberto E. Justo