Es palabra y anuncio de Dios. Sobre todo, no te dejes aprisionar por multitudes ni te conviertas en "uno más" por nada del mundo. El Señor te ama "personalmente", y -ciertamente- no como "uno más". Sí, ciertamente, como UNICO. No hay, ni habrá nunca nadie como tu. Sé fuerte y valiente...
Alberto E. Justo