viernes, 12 de octubre de 2012

Quizá, sorprendidos

En tantas ocasiones quedamos sin respuesta... Tal vez porque lo que cuadra y es prudente es decir que NO.
Téngase en cuenta que sabemos muy bien qué cosa es discernir y lo que importa el valor de mantener una decisión aunque ésta comporte un desafío. Porque las más de las veces esa respuesta sorpresiva es el silencio, es callar, es "dejar" y puede comportar "abandonar" aún aquello que amamos o que creemos amar. El discernimiento al que nos referimos es resultado de la oración (aunque sea árida) y de la madurez. Durante mucho tiempo se ha "conservado" a los... "educandos" en la adolescencia, precisamente en la inmadurez, por no advertir que es necesario, según las situaciones, decir que NO.
Hoy, seguros de la urgencia de un camino interior y profundo, hemos de fortalecernos en nuestra conciencia y no dejarnos arrastrar ni por presiones, ni por "consensos", ni por "decisiones" arbitrarias.
El silencio será siempre el arma más eficaz. El silencio y la ausencia cuando sea necesario. ¡Bendita soledad que nos enseña a ser fieles a la conciencia y a esa decisión escondida que aparece diáfana en el corazón.
Luchemos pues en esos parajes que no aguardados "normalmente", porque la "hora" tiene sus características y no adoptaremos actitudes mediocres. Y esto no se refiere a las gruesas noticias o novedades "periodísticas" ( lo diremos así ), sino a lo más cotidiano, donde y cuando el hombre ha de manifestar su verdadero y auténtico perfil.

Alberto E. Justo