No faltan los momentos cuando el dolor o la incertidumbre ensombrecen las jornadas... El "mundo circundante" teme y contagia temores y sobresaltos...
Con toda convicción y deseo es nuestro camino vivir y exhortar la mayor confianza en Aquél que es Presencia y Misericordia...
Es verdad que nuestra fragilidad se apodera de nuestros pensamientos y géstanse representaciones de todo tipo velando las horas mejores y turbando la paz.
Es preciso hablar y pensar menos. Callar las impertinencias cuando sacuden el camino y hacen temblar la tierra que pisamos...
Que la oración cotidiana sea un oasis de paz. Que la leve y suave brisa acaricie todos los instantes. La fortaleza en una resistencia elevada brota de la Gracia. Confianza en la Aurora...
"Señor JesuCristo, Hijo de Dios Vivo, ten piedad de mi pecador."
Alberto E. Justo