Si te han quitado los títulos y prebendas deja en el camino, sin temor alguno, lo que hoy, tal vez, parece perdido. Los fantasmas se devoran unos a otros y las vanas ilusiones también. Nada perderás si presente siempre tienes tu mayor tesoro, que ya está en ti contigo...
¿No tienes acaso el Nombre del Señor? ¿No sabes que YA es tuyo?
¿Has olvidado que llevas, con el maná escondido, el Nombre Nuevo que sólo conoce el que lo recibe?
¡Alégrate con María Santísima que es tu Madre! No la perderás nunca, porque nada ni nadie puede apartarte del Amor de Dios...
Confianza y Paz.
Alberto E. Justo