Esto que ahora descubres es más grande de cuanto puedas suponer. La hora es difícil y las pruebas no son pocas... Pero eso que aparece en un horizonte nublado no es.
No te detengas en la materia circundante. Es posible que quieran convencerte de que todo lo hallarás en ella. Pero en ella no hay nada. Si sufres una herida ¡deja que sane! y no alimentes figuras ni imágenes; deja que se consuma lo que está destinado a consumirse.
El Señor te espera. Vas de camino y Él ya está en tu corazón.
Tu corazón es un abismo. Ni tu ni nadie lo puede abarcar. A Dios pertenece y Dios viene a él.
El "otro lado" es la luz que no se apaga. Es la aurora, es el nacimiento verdadero...
Alberto E. Justo