Pero esa "solución" siempre necesita mucho coraje de nuestra parte... El mejor descubrimiento no se da sin esa valentía que nos prepara para hacer frente a lo que sea y, también, como sea.
¿Has de decir "sí"? ¿Has de decir "no"? En cualquier caso nuestra respuesta no puede ser vacilante... Porque la vacilación interior acaba por dañar la salud, e impide la paz que se alcanza en la conciencia.
No se detenga, pues, el peregrino en minuciosidades y escrúpulos. Si ha de callar, calle; si ha de hablar, hable: pero sin temor de lo que decirle puedan o de reacciones inesperadas.
Alberto E. Justo