Y se levanta cualquier barrera. La conciencia se hace cargo de un silencio nuevo. Nadie se atreve a callar, nadie a respirar, así nomás... Pero yo sé quién soy, diría don Quijote y dónde estoy...adónde voy y quien me lleva...
Ven, ¡¡ven Señor Jesús!!
Los sabios no se atreven y los ignorantes, menos todavía. Porque hay muchos ignorantes ¡vaya si los hay!
Poco o nada importan los pensamientos y las deducciones del hombre vulgar... Hay "conciencia" y hay "silencio" , luego hay paz.
¡Ah! No sabía. Muchas -tantas- veces aguardamos mayores sorpresas,,, Es verdad, ¡y llegan, por fin!
Alberto E, Justo