No podíamos imaginar igual perfume... Porque lo más sabroso es, también. lo más recogido y silente... El hombre, el peregrino, siempre quiere más, pero yo sé un secreto más profundo: en realidad el peregrino sabe que en el silencio lo que parece más ruidoso es lo menos seductor.... Porque lo más grande puede ser lo más pequeño y viceversa.
Hay quienes porfían por lo vistoso o ambicionan siempre ruidos nuevos... Dejamos en silencio. el ámbito de nuestro caminar, porque no podemos decir lo que es preciso callar.
Alberto E. Justo