Aquí estamos, no lejos, con gozo y alegría para recibir al mismo Señor...
¡No temas ni dudes! Sanarás en el secreto cotidiano de tu conciencia....
Pero ¿qué es sanar? Quiérelo, reposando en el corazón de Dios. Eres y serás lo que quieras y lo que quieres, siempre junto y en el Señor, más allá, más aquí, en el silencio siempre nuevo y en su vigor. Lo que tú quieres es sanar, elevarte por encima de lo que eventualmente te liga y no te permite respirar bien...
Con prontitud recibe con gozo y confianza la salud que Dios siembra en tu espíritu... Nadie te aparta o te aleja de Dios...
Cada día, cada hora, se dibuja mejor en la intimidad de tu corazón, ya probado y seguro, firmemente en el Único Amor de Dios.
Vincenti dabo manna absconditum...
Alberto E. Justo