Desde lo alto de la montaña puedes contemplar un panorama sin fronteras; la Luz ya no se apaga y continúa su camino... No temas: el bosque sereno te cubre y te acompaña,aunque muchos sean los que todavía dudan.
El Altísimo te repíte. VEN Y tú qué haces? ¡Aguardas alguna cosa!
No exactamente. Descubres un nuevo empeño, Repite el Señor: VEN. Acude ahora con sencillez y abandónate...
Déjate abrazar y abarcar. Sonríe...
El Señor está contigo. No puede abandonarte.
Estás en una etapa luminosa de tu vida.
Luz.
Alberto E. Justo