Tu fuerza será y es siempre el "ABANDONO". El "Abandono" en Aquél que nos conforta y en Quien somos, nos movemos y existimos... ¡Cuánta Luz!
Tantos pueden ser los dolores y no menos las angustias que sufre nuestro corazón y nuestro presente... Sea nuestra oración inmediata y sencilla, lejos de cualquier "complicación" o argumento... Porque, en el fondo, ¿qué has de decir que no sientas vibrar primero en tu interior, en el Espíritu?
Alberto E. Justo