viernes, 20 de octubre de 2017

Aunque no te veas como quisieras

¿Somos capaces de vernos, de descubrirnos en verdad? No es lo más frecuente, desde luego... También cada uno de nosotros es un misterio para sí mismo y olvidamos los perfiles más altos en aras de cosas, a veces, muy pequeñas.
En suma, arrepintiéndonos de nuestros pecados y con gran confianza, aprendamos a mirarnos, a vernos, en los Ojos y en el Corazón de Dios.

Alberto E. Justo