El "Abandono" total en Dios se convierte en el himno que une, en acordes sin número, nuestras plegarias y nuestro respiro interior.
Es preciso y urgente no dudar y aceptar las sendas y caminos que, en realidad, son uno solo.
No hay desmenuzamientos caprichosos. Todo es simple y directo. Déjate levantar por el Espíritu. Los artilugios complicados de los mundos en caída no podrán dañarte ni alcanzarte nunca. Te hallas ya demasiado lejos...
Alberto E. Justo