El mundo escapa hacia un mundo falso... Aún aquellos que, por vocación, han de buscar un lugar propicio para recibir al Señor, sí, aún aquellos se fugan con el mundo comprometiéndose con él. Extraña cosa: para no caer en los lazos del mundo es urgente dejarlo sobre todo quitándole el corazón.
Pero hoy por hoy hasta los clérigos quedan seducidos por un mundo implacable que presenta sus mercaderías sin descanso... ¿Por qué tanta necedad, como si la historia no fuera suficiente para enseñar un camino mejor?
Es urgente, entonces, que despojado atiendas al Señor que está ala puerta y llama...
Alberto E. Justo