Vas a las apuradas porque quieres terminar... Sobre todo por ganar un nuevo mérito: prontitud, eficiencia y cosas por el estilo. Quisieras, quisiéramos, llenar uno u otro vacío... Conquistar un nombre, un lugar, hacernos valer...
Parece que esto es muy importante. Quisieras "valer", ganar, en una eterna concurrencia, un nombre...
Aquí se presenta, de nuevo, una cuestión muy del hombre de hoy: "¿Quién soy?"
¿Y si respondiéramos, de una vez por todas, inmediatamente, así, no más: "nadie"... ? Si hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios ¿dónde estoy, aquí o en mi origen? ¿Quién soy, pues?
De nuevo: sólo soy en el que Es. ¿Cuál es la urgencia de esos "trabajos"? ¿Ser "otro", diferente?
Con San Pablo digo: "mi vida está escondida con Cristo en Dios." Que está escondida significa que está propiamente en Él, que Es Él.
¿Qué más quieres? ¿Títulos, competencias ganadas, aplausos, saber ahora lo que no sabes ni supiste ayer, uno o dos premios?
¡Quédate en el silencio de tu nuevo Nacimiento! ¡Nazca siempre el Verbo en tu corazón!
Alberto E. Justo