Es posible que esta "tentación" se renueve con cierta frecuencia, porque el peregrino busca reparos o reconocimientos a través de los distintos parajes que supera...
Pero no hay que equivocarse y confundir un lugar o un tiempo con le realidad a la que estamos llamados, que supera todo lugar y todo tiempo.
¿Cómo convencernos, en efecto, rechazando toda duda y dejándonos levantar por encima de todo lo perecedero?
Atribuimos la condición de "absoluto" a aquello que no lo es y nos fatigamos en tareas que a nada conducen...
Despréndete del tiempo y del lugar eventual... Sumérgete ya en el Misterio que tu mismo eres, en el Misterio de Dios.
No se trata de este o de aquél monasterio, tampoco de esos "desiertos" que quedan en el camino...
Atiende ahora la Palabra que resuena en tu corazón: "Yo Soy."
Alberto E. Justo