Recibe desde el "secreto" la luz que no tiene ocaso. ¿Quieres convertirte en un peregrino "nuevo"? No es necesario, serás el peregrino de siempre, pero descubriendo la verdadera "morada" en lo profundo del corazón.
Lucha en tu sendero, no te apartes. El Señor está contigo.
Déjate amar, no dudes...
Tienes tu casa en el Corazón de Dios.
Muchos son los titubeos y no pocas las vacilaciones. El Señor nos dice, sin embargo, que, a pesar de lo que sea, lo amemos con entera confianza y abandono.
Alberto E. Justo