viernes, 8 de diciembre de 2017

¡Bienaventurado quien no se escandalice de Mí!

Palabras decisivas del Evangelio... -¡Señor ¿aguardamos a otro?! Es claro no era ni es fácil aceptar, así no más; lo inaceptable... ¿Será que es necesario esperar más?
Sin embargo: ¡feliz quien no se escandaliza! Tal vez de que el corazón humano sea a veces tan duro; de que Dios calle y sepa aguardar más que nosotros... Si todo lo puede ¿por qué no obra a  la hora del dolor?
Y, sin embargo, es entonces la hora de la fecundidad y de la luz, la hora en la cual la Noche deja de ser "Noche" para abrirse a ese Misterio de la Aurora sin ocaso.
No aguardes premios frondosos ni bolsas con metal precioso o con lo que sea. Aguarda, sí, OTRA COSA. Deja a Dios ser Dios en el misterio de tu vida. No hallarás nada mejor.

Alberto E. Justo