Con armonías inimaginables la voz del Señor resuena en modo único en nuestro corazón... ¿Por qué en la noche? ¿Noche Oscura?
¿Noche y silencio? Quise y quiero ascender en su secreto: ¡Noche de Paz! Inmensa delicadeza, dulzura infinita... No lo puedes decir, ni cantar.Escóndete en el perfume de aquellas flores al borde de la pradera, donde se anuncia el jardín... El jardín que es templo, el jardín de tu ermita sacrosanta, el jardín, que eres tú. Donde se levantan los himnos de lo ángeles... Es todo tan sencillo, tan simple, tan inmediato...
Alberto E. Justo