Una "ley" constante de esta vida de peregrinos es aprender siempre. Sea que nos ejercitemos en recordar, sea que retengamos, en profundidad, lo que alguna vez supimos o recibimos. Sí, hay tesoros que llevamos sin prestarles demasiada atención... Es preciso ser y estar atentos...
Nada es superfluo en estos días... A nuestro lado se perciben presencias poco menos que indeseables, que exigen un discernimiento y un empeño de nuestra parte. Entonces es urgente pasar "más allá". Pero no son las "distancias" lo que aquí interesa, sino el rumbo, el arrojo y la perseverancia fuera de un mundo "en fuga"
Alberto E. Justo