A pesar de dudas y fallas y en medio de duras pruebas y ausencias... Suplicamos, hoy, como siempre, la abundancia de Tu Luz y la confianza que me corresponde.
Digo y repito, aún no sé quién soy. ¿Por qué he de saberlo en esta hora? Quizá deba saber primero qué o quién "no soy". Pero no importa tanto esto o aquello. Después de todo no es necesario pensar demasiado. Que mi plegaria se eleve como el incienso en tu Presencia. Tantas veces se suceden las súplicas de lo que no sabemos... ¡Tú lo sabes, Señor!
Alberto E. Justo