Un silencio que "habla en silencio", una plegaria, simplemente una plegaria, cuyo eco profundo está en el corazón.
Los ángeles atienden y se maravillan, los ángeles que ya contemplan el Rostro del Padre.
Por eso todo calla a un tiempo... Más allá de ese tiempo. La maravilla del silencio de Dios. Y nuestro Dios, ¿espera? ¿aguarda algo? ¡Respóndete! ¡No dudes! Escóndete en el Secreto del Padre: inspira y expira, vive de la Vida Única, del Soplo del Espíritu que "gime" en tu corazón.
Alberto E. Justo