Sueño en el mar, más allá de todas las fronteras. Más lejos que cualquier ilusión, pero infinitamente más cerca que las idolatrías o los "preceptos" escritos ayer. Nada hay que nos oprima cuando las condiciones y las "determinaciones" caen. El hombre privado de su libertad es un títere o un mamarracho... Pero la libertad no ha de perderse nunca. Nadie sabe, ni puede sospechar, esas dimensiones que carecen de fronteras.
La oración es un respiro de libertad y de abundancia de luz... Sí, eres libre en el misterio del Ser, vencidos los antojos y aplastadas las mentiras que usan los cobardes. Permanece firme a pesar de lo que sea. Aunque vengan degollando no te apartes de tu senda.
Los tontos también abren sus fauces. No tienen gracia y son horriblemente feos. Es fácil reconocerlos ¡pero cuídate de ellos!
Alberto E. Justo