En horas tempranas el peregrino descubre su bien cuando se enamora de una belleza siempre más alta. El Señor insiste en regalarle e invitarlo en un nivel más alto y más profundo. Cuál sea ese nivel no hemos de decirlo tan rápido, porque es necesario luchar y perseverar para alcanzarlo en el corazón.
No se trata, desde luego de ningún proyecto y menos todavía de un método. Se trata de un abandono "desinteresado", despojado de cualquier pretensión.
¿Quieres salir de vuelo, por allí arriba, sin planes excesivos? En definitiva: ¿quieres volar? Cuando Pedro pidió a Jesucristo que le llevara sobre el agua hasta Él ¿Qué le respondió el Señor? pues una sola palabra: "VEN" y el discípulo se asustó ante la severidad del mar y comenzó a hundirse... ¿Qué le dijo Jesús entonces? "-hombre de poca fe, porqué dudaste?"- Le dio su santa Mano y lo condujo consigo... Conducirlo así, consigo, es introducirlo en su Vida y guardarlo escondido en su Corazón.
Y nosotros nos apresuramos en llamarlo, ahora y siempre: -¡Ven, Señor Jesús!
Alberto E. Justo