Te hallarás si te buscas en verdad en tu "lugar"propio, en la intimidad que el Señor te da a cada instante. Encuentra, en suma, tu corazón en el mismo Corazón de Cristo, en Su mismo Espíritu, que es tu Morada plena de Luz. Vuélvete, sin cesar, al Padre, redescubre tu Virginidad en Su Secreto, que se abre como Aurora inefable, en la hondura de tu ser y de tu vida.
Nunca cierres las puertas al Señor que llama. Ábrelas de par en par, con gozo. No porfíes por esto o por aquello. Reposa en el Señor, en su Presencia, y vive y sé.
Aprende cada vez a callar. Tus tareas sean siempre escondidas. Permanece en silencio viviendo siempre en tu corazón. Todo es demasiado simple y breve: muy rápido para los gustos superficiales de hoy. Pronto llegarás a tu Morada definitiva.
Alberto E. Justo